Tesla ha dado un paso significativo hacia el futuro de la movilidad eléctrica al patentar un sistema de carga inalámbrica para sus vehículos eléctricos. Este movimiento sugiere que la compañía liderada por Elon Musk está avanzando en la comercialización de una tecnología que ha sido objeto de especulación durante varios años y que podría revolucionar la forma en que los usuarios cargan sus automóviles.
La solicitud de patente fue descubierta por SETI Park, un usuario de la red social X (anteriormente conocida como Twitter). Tesla presentó esta solicitud el 2 de febrero, y fue publicada por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) el 6 de septiembre. La patente describe un sistema de carga inductiva, una tecnología que permite transferir electricidad sin cables, utilizando una bobina conectada a una fuente de energía que transmite la energía a otra bobina instalada en el vehículo eléctrico. Este método es actualmente el más avanzado en cuanto a soluciones de carga inalámbrica.
El interés de Tesla por la carga inalámbrica no es nuevo. En marzo de 2023, durante una presentación a inversores, la empresa mostró una diapositiva en la que se podía observar una plataforma de carga inalámbrica situada debajo de un Model S estacionado en un garaje. A pesar de esta presentación, en aquel momento Tesla no proporcionó detalles sobre cuándo, o incluso si, planeaba ofrecer esta tecnología a sus clientes.
Solo unos meses después, surgieron indicios de que Tesla había adquirido Wiferion, una compañía alemana especializada en tecnología de carga inalámbrica. Este movimiento fue ampliamente cubierto por los medios especializados en tecnología automotriz, aunque Tesla no emitió ningún comunicado oficial sobre la compra ni confirmó planes específicos para integrar la tecnología de Wiferion en sus vehículos.
La carga inalámbrica presenta numerosas ventajas, especialmente en términos de conveniencia para los conductores. Con esta tecnología, los propietarios de vehículos eléctricos no tendrían que preocuparse por conectar físicamente sus automóviles a una toma de corriente. Simplemente estacionarían el vehículo sobre una plataforma de carga, y el sistema se encargaría del resto. Esta facilidad de uso podría ser un factor decisivo para muchos compradores potenciales de vehículos eléctricos, quienes valoran cada vez más la comodidad y la automatización en sus experiencias de usuario.
Además, esta tecnología tiene implicaciones estratégicas más amplias para Tesla. La carga inalámbrica podría ser un elemento clave en la operación de los futuros vehículos autónomos, como los robotaxis que Elon Musk ha mencionado en diversas ocasiones como parte del futuro de Tesla. La capacidad de recargar los vehículos de manera automática sin intervención humana podría mejorar considerablemente la eficiencia de estos vehículos autónomos, maximizando su tiempo de operación y, por ende, su capacidad para generar ingresos.
A pesar de las posibilidades que esta tecnología ofrece, hasta ahora solo WiTricity, una empresa pionera en el campo de la carga inalámbrica, ha logrado llevar esta tecnología al mercado en aplicaciones de vehículos eléctricos. Actualmente, la tecnología de WiTricity está disponible fuera de China en el Genesis GV60, comercializado en el mercado surcoreano. Sin embargo, la entrada de Tesla en este espacio podría acelerar la adopción generalizada de la carga inalámbrica, impulsando su implementación en más modelos y mercados.
La pregunta clave ahora es si Tesla decidirá hacer pública esta tecnología en un futuro cercano. Dada la estrategia innovadora que la compañía ha seguido hasta ahora, la posibilidad de que la carga inalámbrica se convierta en una característica estándar en los vehículos de Tesla podría no estar tan lejos. La patente recién revelada, combinada con la adquisición de Wiferion, sugiere que Tesla está trazando un camino claro hacia un futuro donde la carga de vehículos eléctricos sea más sencilla y eficiente que nunca.