Los autos eléctricos de Tesla han captado la atención de los consumidores y han sido un factor clave para que muchos conductores hagan la transición de vehículos de combustión interna a eléctricos. Sin embargo, no están obteniendo el mismo entusiasmo por parte de los departamentos de policía, donde han enfrentado críticas y desafíos en su implementación como vehículos oficiales de patrullaje.
En California, donde se busca eliminar progresivamente las ventas de automóviles nuevos con motores de combustión interna para 2035, los vehículos eléctricos de Tesla han comenzado a aparecer en flotas policiales en un número creciente. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por adoptar una movilidad más sostenible, los modelos de Tesla, específicamente el Model 3 y el Model Y, han dejado mucho que desear como coches patrulla. Un reciente informe de SF Gate recoge las opiniones de jefes de policía de tres ciudades del norte de California, quienes señalaron múltiples problemas que enfrentan con estos vehículos en sus operaciones diarias.
A diferencia de otros fabricantes de automóviles que desarrollan paquetes específicos para uso policial, Tesla no ha creado un kit especializado para adaptar sus vehículos a este tipo de trabajo. En consecuencia, los departamentos de policía han recurrido a la compra de modelos estándar de Tesla para luego adaptarlos a través de empresas de posventa. Este enfoque ha resultado en vehículos personalizados que no siempre cumplen con los requisitos prácticos del patrullaje. En el caso del Departamento de Policía de Ukiah, se recurrió a la empresa Unplugged Performance, ubicada a unas 500 millas de distancia, para realizar las modificaciones necesarias.
A pesar de las adaptaciones, los vehículos Tesla siguen presentando limitaciones importantes. Uno de los problemas más destacados es la falta de espacio interior. Según el informe, el Tesla Model 3 tiene capacidad para transportar únicamente a un prisionero en la parte trasera, lo que restringe las operaciones policiales. Además, los propios oficiales han señalado que el espacio es tan reducido que los ajustes se vuelven incómodos, especialmente cuando los agentes llevan puestos cinturones de seguridad y chalecos antibalas. Un jefe de policía describió el Model Y como «casi inutilizable» en patrullas debido a esta falta de espacio.
California no es el único estado donde los Tesla han recibido críticas. En 2022, el Departamento de Policía de Spokane, en Washington, experimentó una situación similar cuando dos de sus vehículos Model Y fueron duramente criticados por los agentes debido a los mismos problemas de espacio y funcionalidad. Estos inconvenientes subrayan la escasez de opciones de vehículos eléctricos completamente adaptados para uso policial, aunque se espera que esta situación mejore a medida que surjan más alternativas en el mercado.
A pesar de las dificultades con los Tesla, otros vehículos eléctricos han sido recibidos de manera más positiva. El Departamento de Policía de Fort Bragg, por ejemplo, ha integrado en su flota varias camionetas Ford F-150 Lightning, las cuales han obtenido una mejor valoración por parte de los agentes. Desde 2022, Fort Bragg ha adquirido cinco unidades de este modelo, no por un mandato gubernamental, sino por iniciativa propia. Además de los incentivos económicos que hicieron más barato optar por las F-150 Lightning en lugar de reemplazar los vehículos desmantelados por autos de gasolina, el jefe del departamento señaló que planean hacer completamente eléctrica su flota de nueve vehículos en los próximos dos años.
Una de las principales ventajas del Ford F-150 sobre los Tesla es su amplio espacio, que no solo permite llevar equipo policial, sino también bicicletas y otros objetos que los oficiales puedan recoger durante el servicio, como carritos de compra abandonados. Además, el F-150 es un vehículo conocido por los proveedores de equipo de posventa, lo que facilita el mantenimiento y las reparaciones, un aspecto clave para la operatividad de las patrullas.
El futuro del patrullaje con vehículos eléctricos parece más prometedor con la incorporación de nuevos modelos diseñados para satisfacer las necesidades de los departamentos de policía. Un ejemplo reciente es la ciudad de Irvine, también en California, que ha recibido un Tesla Cybertruck para su flota policial. Además, Stellantis, el conglomerado detrás de marcas como Dodge, ha insinuado el lanzamiento de una versión policial del Dodge Charger Daytona, lo que podría ayudar a mantener su presencia en el sector tras la popularidad del sedán Charger de generaciones anteriores.
En resumen, aunque Tesla ha revolucionado la movilidad eléctrica en el ámbito civil, su adopción en los cuerpos policiales enfrenta desafíos significativos. La falta de opciones específicas y las limitaciones de espacio en modelos como el Tesla Model 3 y el Model Y han generado críticas entre los agentes de policía, aunque el crecimiento de alternativas como el Ford F-150 Lightning y la llegada de nuevos vehículos eléctricos adaptados para el trabajo policial brindan una esperanza para que la transición hacia flotas eléctricas sea más fluida y efectiva en el futuro.